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Palacio Longchamp

Durante siglos Marsella tuvo un serio problema de abastecimiento de agua potable. A mediados del XIX, se iniciaron las obras de construcción del canal de la Durance, una costosa y difícil infraestructura para la época, encaminada a llevar el agua del cercano río hasta la ciudad. Tuberías subterráneas atravesaron lo que hoy se conoce como el bario de las Cinq Avenues, cuya artería principal es la avenue Longchamp. Para celebrar el éxito de la colosal empresa, al final de de la avenida se construyó el magnifico palacio del mismo nombre, un verdadero canto al agua y a la riqueza que traería su llegada al corazón de la ciudad.

El palacio de Longchamp, de aires barrocos y monumental aspecto, fue encargado al arquitecto Henri Jacques Esperandieu y se edificó entre 1862 y 1869.

Una elegante columnata semicircular une las dos alas que forman el palacio y que hoy ocupan el Museo de Bellas Artes (lado izquierdo) y el Museo de Historia Natural (derecho). En el centro de la columnata se alza una de las fuentes más bonitas de Marsella, un magnífico grupo escultórico que representa un carro tirado por toros de la Camargue sobre el que se encuentra una figura femenina que simboliza la fertilidad y la abundancia que conlleva la llegada del agua. Racimos de vid, esculturas que aluden al trigo y a las futuras cosechas completan el monumental conjunto, que recuerda a las fuentes barrocas italianas. Es obra de Jules Cavelier, quien además diseñó la hermosa cascada que parte desde la fuente. Los bonitos jardines que rodean el palacio, la constante presencia del agua y las esculturas de animales que salpican el recinto, crean un bello y armonioso paisaje.

Cuando se construyó el palacio también se instaló un pequeño parque zoológico y un jardín botánico (estuvieron aquí hasta 1987). Hoy, lo que continúa en el parque cercano es el antiguo observatorio de Marsella, lugar de estudio e investigación del Universo donde también se celebran interesantes exposiciones y actividades divulgativas (si quieres, puedes visitar el planetario).

El Palacio de Longchamp es uno de los monumentos imprescindibles de Marsella por su elegancia y por el valor de sus dos museos (merecen la pena no solo por la importancia de sus colecciones sino también por la posibilidad de ver el interior del palacio).

También es interesante un paseo por la propia avenida Longchamp para ver las elegantes casas del siglo XIX que dan forma a este barrio, tan distinto a la zona del viejo puerto.

Horario

Puedes acercarte a ver el palacio (por fuera) en cualquier momento, pero para visitar el interior, el horario de apertura de los museos es de 10:00 a 18:00, todos los días excepto lunes.

Cómo llegar al Palacio Longchamp

Para llegar en transporte público lo mejor es el metro, línea 1, estación Cinq Avenues o el tranvía, parada Longchamp.

Foto: Wojtek Gurak